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domingo, 28 de junio de 2015

El Inicio de Un Cerezo: ¿Quien Soy?

La fecha o el lugar no importan, solo soy una chica del mundo, sin tiempo o nacionalidad. Un blog que empezó un día cualquiera, en el que la curiosidad era mi mejor amiga y el mundo seguía siendo un caos, como de costumbre. Mientras en el país enloquecían por #LoveWins, el Día del Orgullo Gay, la moda de tener la foto de perfil arco iris (aun si ni siquiera sabían de que trataba), el estreno de Dragon Ball Z: La Resurrección de F, los cuartos de final de la Copa América y entre otras noticias, yo también enloquecí y crear este blog.

¿Por qué un cerezo? Mientras pensaba como llamar al blog, miraba por mi ventana. Como muchas casas "nikkei", un sakura (cerezo) se encontraba en el jardín. Siendo ya casi el mes de junio, unos pequeños botones rosados sobresalían de aquel árbol. Siempre me pregunté como aquél árbol, en medio del invierno, podía dar las flores (en mi opinión) más hermosas del mundo.

Cuando era más pequeña, solía hablar con ese árbol, era como un amigo, posiblemente el único amigo de verdad que tenía en ese entonces. Escuchaba mis penas, mis alegrías, le contaba mi día. El árbol obviamente no respondía, pero el movimiento de sus ramas con el viento y la paz que me da era como un aliento a seguir adelante aún cuando todo parecía perdido.

Recuerdo que ese árbol demoró mucho hasta florecer, porque recuerdo que cuando llegue a la casa por primera vez, el árbol ya estaba ahí y pasaron muchos años más hasta que ocurriera. Pero cuando lo hizo, en un invierno en que volvía a esa casa otra vez después de otro día de escuela, aquél árbol se volvió tan hermoso, era de un bello color rosa que contrastaba con el blanco del cielo y el gris de la calle.

Sentí que de cierta manera, el árbol sonrió y me decía: "Si yo puedo salir adelante, ¿por qué tú no? Aún si todo va mal, aún si todos te dicen que no puedes, solo queda en ti la decisión de continuar o no." Una de las flores cayó en mi mano, olía muy dulce, creo que empecé a llorar un poco y abracé al árbol. En ese momento, mi vida se iba desmoronando, pero decidí que debía ser fuerte como un cerezo, porque solo yendo contra todo y siguiendo mis sueños es que podría cumplir lo que quiero.